L'escriptora catalana en castellà, Nuria Amat, considera que el Govern de la Generalitat "por un afán de cerrazón, mantenimiento de poder oficial y pureza identitaria, han decidido utilizar la lengua como bandera única de su ideología" i denuncia que "un sector minoritario del gobierno, en un nacionalismo excluyente que cree tener en su país a un gran enemigo hereditario, al punto de no poder seguir viviendo ni existiendo sin este enemigo en casa, real o imaginario".
En un article a El País, l'autora explica que "para el catalán, la lengua catalana forma parte de la continuidad de un país que es hoy en día un país de países. En esta pluralidad consiste la gran fortuna de la Cataluña de los últimos años. Por razones históricas de todos conocidas, este país "de acogida" ha sabido enriquecer su cultura esencial, su lengua propia, con la lengua castellana que siempre se ha hablado en Cataluña, especialmente, en Barcelona; ciudad que mantiene su bilingüismo como una de las grandes riquezas que la caracteriza. Donde no se habla un catalán perfecto ni tampoco un castellano inmaculado. Las dos lenguas son felizmente impuras. Conviven. Se casan o aparean. O bien se divorcian para procrear de nuevo".
Amat es pregunta, "¿en qué idioma escriben o escribimos estos escritores sin tierra, que nos presentan como castellanos en Cataluña y catalanes en todas partes? En la misma lengua que, casualmente, muchos presidentes y diputados de la Cataluña actual hablan en su entorno familiar. Un castellano naturalmente periférico".
Per últim, manifesta que "en el caso catalán o español, este sutil proceso hace que no llame atención alguna que escritores catalanes, castellano-escribientes hayan sido tenuemente marginados de sus puestos de trabajo en la Universidad catalana. Proceso igualmente vivido, acaso de modo más evidente, en la comunidad vasca. A lo que se añade la manipulación patente de libros de texto, reglamentos universitarios y demás documentación burocrática o empresarial".
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